lunes, 6 de octubre de 2008

Varias mamás querían el texto de la Lectura... aquí está:


" Una buena ama de casa, ¿quién la encontrará? Es mucho más valiosa que las perlas. El corazón de su marido confía en ella y no le faltará compensación. Ella le hace el bien, y nunca el mal, todos los días de su vida. Se procura la lana y el lino, y trabaja de buena gana con sus manos. Es como los barcos mercantes: trae sus provisiones desde lejos. Se levanta cuando aún es de noche, distribuye la comida a su familia y las tareas a sus servidoras. Tiene en vista un campo, y lo adquiere, con el fruto de sus manos planta una viña. Ciñe vigorosamente su cintura y fortalece sus brazos para el trabajo. Ve con agrado que sus negocios prosperan, su lámpara no se apaga por la noche. Aplica sus manos a la rueca y sus dedos manejan el huso. Abre su mano al desvalido y tiende sus brazos al indigente. No teme por su casa cuando nieva, porque toda su familia tiene la ropa forrada. Ella misma se hace sus mantas, y sus vestidos son de lino fino y púrpura. Su marido es respetado en la puerta de la ciudad, cuando se sienta entre los ancianos del lugar. Confecciona telas finas y las vende, y provee de cinturones a los comerciantes. Está revestida de fortaleza y dignidad, y afronta confiada el porvenir. Abre su boca con sabiduría y hay en sus labios una enseñanza fiel. Vigila la marcha de su casa y no come el pan ociosamente. Sus hijos se levantan y la felicitan, y también su marido la elogia: "¡Muchas mujeres han dado pruebas de entereza, pero tú las superas a todas!". Engañoso es el encanto y vana la hermosura: la mujer que teme al Señor merece ser alabada. Entréguenle el fruto de sus manos y que sus obras la alaben públicamente" (Proverbios 31, 10-31)